Apago la luz, me dirijo hacia ti, tu mirada entre sombras me dice por donde caminar, camino entre ropa tirada en el piso, el ambiente mezcla de pudor, nervios y deseo, me alienta, me motiva; Tu piel a cada trazo de mis dedos se eriza, me deseas, tus labios desesperados buscan mi boca o un pedazo de mi piel, la mía juega a esconderse entre tus senos, tu costilla; tus dedos juegan con mi cabello, mi lengua con tu cintura y nuestro amor con el tiempo, todo se hace un instante, un momento.
Mis manos le susurran a tu cintura intenciones y movimiento, todo es música, pareciera que el tiempo tocara un violín al compás de los cuerpos desnudos, los gemidos de tu boca resuenan en mis oídos, se que eres mía, me lo dice mi corazón y tus ojos y tus dulces labios.
Dentro de la obscuridad de la habitación, logro observar mis besos en tu piel, la suave respiración de tu vientre, tu corazón que grita mi nombre, tus manos buscando mi cuerpo, me encuentran, me abrazas, me aprietas a tus senos, y yo, solo te beso los labios y te digo en silencio, que soy tuyo y que te amare por toda la eternidad.
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