jueves, 19 de julio de 2012

Nocturno II

Es de hombres aceptar que duele el corazón, esa impotencia de no saber que hacer ni que decir en el momento indicado; es difícil lo sé, el nudo en el cuello aprieta la lengua hacia el pecho y te asfixia.

Hoy he tenido que tragarme mis prioridades para poner las tuyas en la mesa, ahorita que es de madrugada, me agobian mis miedos y se burlan de mi seguridad, como quisiera que vinieras un instante.

Maldigo al tiempo y al destino, ese afán de querer mantenernos alejados, pero nos escurrimos entre minutos y logramos abrazarnos por instantes, como quisiera a veces morirme contigo.