Extraño tus ojos, esa mirada escurridiza que juega a verme a escondidas; esa piel suave y fresca donde se refugian y juegan mis besos.
Hoy no quiero pensarte, quiero tenerte, acomodarte entre mis brazos y apretárte contra mi corazón, que hagas con él lo que tu quieras, guardarlo, tirarlo, es tuyo.
Podría fácilmente enterrarme en tu silencio y observarte desde ahí, mirar tu sonrisa, tu cabello desordenado y seguirías siendo el brillo de mis ojos, el sabor de mis días, mis tardes lluviosas, ven, anímate a quererme, quítate la piel y los huesos, quiero verte en esencia, pura y clara.
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