sábado, 12 de marzo de 2011

Nocturno...

Debería salir de este cuarto y caminarte por un rato, me haría bien combinarte con el aire fresco de la noche y coordinar mis pasos con tu corazón, y ver entre sombras esa danza oculta que tramamos al caminar, y que nos lo aplaude la luna y los grillos.

Tu mano, entre dedos, me dice que debemos de huir mas rápido, que los tambores del pecho agitan la respiración y humedecen los labios, que tu piel y mis manos se mezclan bajo la noche, en silencio, en nosotros.

No es locura, es entrega, eso que disimulamos a miradas ajenas, y que nos damos cuando estamos solos, es amor; cuando te metes en mis ojos durante la noche y me abrazas el alma, eres tu; y es ahí, ese precioso instante, cuando abres el pecho y te muerdo el corazón y te digo que la noche es nuestra y que tu eres y serás mía, hasta que la noche deje de ser noche y el corazón deje de ser tuyo.

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